La madre rata [novela]
En 2019, aparece mi primera novela, La madre rata, cuya primera versión, finalizada en 2008, quedó finalista en 2 concursos literarios: el Quéleer-Volkwagen de Barcelona y de la Universidad Federico Villarreal de Lima.
Toda la (ir)responsabilidad del acto me pertenece: la maquetación, el diseño, la corrección, etc. Sin embargo, hubieron algunas personas importantes en este proceso: Dante Oliva León, quien el 2008 mismo me dio el impulso para radicalizarla y Leonardo Aguirre, quien me ayudó con sus consejos y seguimiento en la versión final.
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Sinopsis:
La infancia puede ser tan horrenda como hermosa, tan perversa como ingenua. Un niño puede ser una criatura indefensa o una bestia peligrosa. Puede dejarse arrastrar por sus emociones, ceder a sus instintos, provocar el desastre. Y eso es lo que aquí ocurre: esta banda de ratas, púberes estudiantes de un colegio religioso, avanza, paso a paso, error tras error, hacia su propia destrucción. Esta es la historia de una pandilla que, entre profesores psicópatas, padres de familia incompetentes, ídolos de yeso y una ciudad sumergida en la perpetua sombra, desatan amor y violencia irracionales. Pero, ¿qué hay de racional en un niño? Con hartas dosis de humor negro, Hermoza pretende responder a esta pregunta.Sobre el autor:
Sobre el autor: "Como tantas veces, nos habíamos juntado a comentar nuestros textos; y Hermoza se aparecía por primera vez. Era un taller de cuento, y él presentó un poema. Todos argüían, opinaban con mesura, y él, sin abrir la boca, quemaba cada texto con un Zippo. Ahora no tiene pelo. Y escribe novelas. Pero no han mermado sus ganas de joder. Su rebeldía. Su insolencia. Y este libro, sin dudar, debería incinerarse. Por asqueroso, procaz y degenerado; por incluir a pobres niños en escenas tan horrendas. Aunque igual será difícil que olvidemos a esta panda, casi banda, de fogosos imberbes." (Leonardo Aguirre)Comentarios de los lectores:
Léanlo (20/02/2019)
"Que tu libro arda en el cielo, hermano del mal." (Miguel Lerzundi, Amazon.fr)
Conmovida por la autodestrucción (12/03/2019)
Excelsior! (08/04/2019)
"Inquietante, inteligente y perturbador. Una pandilla de niños camino a la perdición y todo escrito con una prosa poderosa. Un libro altamente recomendable." (Juan G., Amazon.fr)
Recomendada (09/04/2019)
Conmovida por la autodestrucción (12/03/2019)
"Una novela dura, cargada de hormonas mal alimentadas. Algunas escenas fueron dignas de cerrar el libro y no volver a abrirlo jamás, pero el morbo me hizo continuar hasta tal punto en el que, de cierta manera, adopté a esa banda de adolescentes. Muchachos sin educación, sin guión, sin futuro. ¡Sentí la necesidad de salvarlos página tras página!. No pude cambiar sus destinos, pero me he llevado un buen viaje literario. Gracias L.M. Hermoza." (Anabel, Amazon.es)
Duele y a la vez engancha (17/03/2019)
"La novela está muy bien escrita, los personajes bien construidos, los podemos ver en acción a cada uno de ellos, en cada escena, cada situación, sentir su rabia, su impotencia y casi hasta olerlos.
Aparte de que técnicamente es una buena obra, tengo que confesar que en algunos momentos se me ha hecho muy dura la lectura. Es una historia que duele y a la vez engancha. Tenía que tomarme mis descansos porque algunas situaciones me provocaban tanto rechazo que era casi insoportable. Sin embargo, eso que tienen los personajes de malditos, esa vulnerabilidad a flor de piel que tratan de ocultar, sin lograrlo, tras una máscara de dureza y sordidez que, poco a poco, se va diluyendo a medida que se lee, vislumbrar la debilidad de cada uno de ellos, su fragilidad, su miedo y su desnudez, es lo que hizo que me enganchara: tratar de entenderlos o, al menos, de no juzgarlos. Para mi sorpresa, ese rechazo se fue tornando en ternura, complicidad o compasión a medida que transcurría la historia. Me parece muy acertado el final escrito como un guión de teatro o cine, porque en ese punto ya ves a los personajes y cómo la trama se va encaminando hacia el final, como una metáfora del destino que los conduce inexorablemente a esa catarsis final en la que cada uno de ellos tiene un papel inevitable, como si todo en su vida los hubiera conducido hasta allí.
Terminada su lectura, me dan ganas de volver a leer el libro con más calma, pues está tan lleno de detalles que tengo la sensación de haberme perdido muchos de ellos, empujada por ver qué iba a ocurrir con esos muchachos.
Hay dos novelas que me venían a la cabeza mientras leía "La madre rata". Son "La ciudad y los perros" de Vargas Llosa y "El camino de los ingleses" de Antonio Soler. Las leí hace mucho y el argumento de ambas lo tengo olvidado, pero creo que "La madre rata" tiene algo que ver con ellas. También su dureza me ha recordado a "Escupiré sobre vuestra tumba" de Boris Vian, he tenido la misma sensación contradictoria de rechazo y, a la vez, querer saber más, que cuando leí ésta.
Una novela que recomiendo a quienes busquen en la literatura algo más que sentirse reconfortados con historias amables." (Gloria, de Amazon.es)
Aparte de que técnicamente es una buena obra, tengo que confesar que en algunos momentos se me ha hecho muy dura la lectura. Es una historia que duele y a la vez engancha. Tenía que tomarme mis descansos porque algunas situaciones me provocaban tanto rechazo que era casi insoportable. Sin embargo, eso que tienen los personajes de malditos, esa vulnerabilidad a flor de piel que tratan de ocultar, sin lograrlo, tras una máscara de dureza y sordidez que, poco a poco, se va diluyendo a medida que se lee, vislumbrar la debilidad de cada uno de ellos, su fragilidad, su miedo y su desnudez, es lo que hizo que me enganchara: tratar de entenderlos o, al menos, de no juzgarlos. Para mi sorpresa, ese rechazo se fue tornando en ternura, complicidad o compasión a medida que transcurría la historia. Me parece muy acertado el final escrito como un guión de teatro o cine, porque en ese punto ya ves a los personajes y cómo la trama se va encaminando hacia el final, como una metáfora del destino que los conduce inexorablemente a esa catarsis final en la que cada uno de ellos tiene un papel inevitable, como si todo en su vida los hubiera conducido hasta allí.
Terminada su lectura, me dan ganas de volver a leer el libro con más calma, pues está tan lleno de detalles que tengo la sensación de haberme perdido muchos de ellos, empujada por ver qué iba a ocurrir con esos muchachos.
Hay dos novelas que me venían a la cabeza mientras leía "La madre rata". Son "La ciudad y los perros" de Vargas Llosa y "El camino de los ingleses" de Antonio Soler. Las leí hace mucho y el argumento de ambas lo tengo olvidado, pero creo que "La madre rata" tiene algo que ver con ellas. También su dureza me ha recordado a "Escupiré sobre vuestra tumba" de Boris Vian, he tenido la misma sensación contradictoria de rechazo y, a la vez, querer saber más, que cuando leí ésta.
Una novela que recomiendo a quienes busquen en la literatura algo más que sentirse reconfortados con historias amables." (Gloria, de Amazon.es)
Excelsior! (08/04/2019)
"Inquietante, inteligente y perturbador. Una pandilla de niños camino a la perdición y todo escrito con una prosa poderosa. Un libro altamente recomendable." (Juan G., Amazon.fr)
Recomendada (09/04/2019)
"Se puede decir, que la violencia es justificable? Quizá es totalmente condenable. L Hermoza nos lleva en un camino que va creciendo hasta el "Caos"; este último es personal-individual en la novela. Nos transcribe las historias de adolescencia que no tienen limites o desconocen. Ese es el dilema que transcribe esta novela. Recordaré a Voltaire: «Un désordre éternel, un chaos de malheurs mêlé a nos vains plaisirs de réelles douleurs»... Una Novela que se la recomiendo." (Santa Cruz, Amazon.fr)
Es una novela agradable de leer, el sentido del humor retorcido que emplea mezclado a la nostalgia de una infancia limeña hace que quieras regresar rápidamente a ella. La dosis de emotividad es precisa y sutil sin caer en la cursilería y sin perder el buen humor negro. (Elizabeth Melgarejo)
La recomiendo (14/05/2019)
La Madre Rata nos hace recordar de a pocos, con indignación y asombro lo que fuimos y lo horribles que podíamos llegar a ser durante la niñez. Como adultos nos hacer ver los límites de nuestra percepción de la infancia, nos hace ver que quizás nos hemos convertido en grandes salvajes domesticados con amnesia selectiva.Es una novela agradable de leer, el sentido del humor retorcido que emplea mezclado a la nostalgia de una infancia limeña hace que quieras regresar rápidamente a ella. La dosis de emotividad es precisa y sutil sin caer en la cursilería y sin perder el buen humor negro. (Elizabeth Melgarejo)
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