El fin de la humanidad: el apocalipsis demogràfico, según Christian Godin
Christian Godin: filósofo
francés (1949), profesor de la universidad Blaise-Pascal de
Clermont-Ferrand; quien se hizo conocido ya a finales del s. XX con
la publicación de su enciclopedia de filosofía, de 7 tomos,
titulada La Totalidad. Desde entonces ha publicado varios
libros de filosofía que van desde obras de divulgación hasta temas
especializados. Uno de sus intereses es el de las tensiones entre la
existencia humana y su entorno tanto social como el de la
Naturaleza. Lo que le ha llevado a publicar libros como La Haine
de la nature (2012) y La fin de l'humanité (2003), libro
que comentaremos en 3 videos/post.
La fin
de l'humanité
(El fin de
la humanidad)*
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Photo: Wikipedia (por Claude Truong-Ngoc) |
Antes que nada, el autor
se presta a dejar claro que su libro no se trata de una exposición
programática que pretende la extinción de la especie; sino de una
tesis sobre el “autogenocidio”
de la especie humana que conllevaría a su extinción.
Para explicar esto divide
su estudio en 3 partes:
- Sobre-poblamiento del planeta / Crecimiento demográfico.
- Los Apocalipsis: un repaso por los tipos de apocalipsis que existen y existieron formando parte del imaginario colectivo. (Pronto!!!)
- La extinción demográfica: lo que el autor llama “autogenocidio” de la humanidad. (Pronto!!!)
En este post nos dedicaremos a comentar el primer postulado de su trabajo, dedicado a los fantasmas del crecimiento demográfico. Los otros dos apartados los desarrollaremos en otros post.
Sobre-poblamiento del planeta / Crecimiento demográfico: ¿es amenaza de extinción de la humanidad?
A continuación abordaremos las lecturas que Christian Godin realiza sobre el factor demográfico como pieza clave de la extinción de la especie humana.
¿La “población total” existe?: contar lo imposible.
Godin advierte que el
concepto de “población total” es reciente; específicamente del
siglo XVIII, cuando las poblaciones se convierten en un dato, a la
vez que en un problema. Desde el principio, el concepto nace con la
forma de una amenaza o algo de lo que comenzar a preocuparse; y si
bien en un inicio se utilizaba para hacer referencia a una población
de determinado país o región, un siglo después ya era utilizado
para referirse a la humanidad entera.
Sin embargo, este concepto ha cosechado también opositores; como los que Godin denomina los
seguidores del “individualismo metodológico”, quienes consideran
que solo existen la “realidades singulares” y que las grandes
nociones serían entidades sin “realidad efectiva”. Para ellos,
pues, la “población mundial” no existe; más bien denuncian que
no sería más que un término fácil para referirse a la simple suma
de poblaciones particulares y, por tanto, una ilusión que atribuye una realidad casi física a nociones abstractas.
Otro punto interesante que
plantea Godin sobre el concepto de "población mundial "o total es que,
finalmente, se trataría de un término relativo. Basta preguntarse
sobre qué podría haber significado hablar de población mundial
antes del periodo de los descubrimientos. Es cierto que la técnica y
en intercambio comercial en la actualidad parecen haber ocupado el
mundo entero, por lo que podría entonces ser aplicable el concepto
de "población mundial"; sin embargo, habría que preguntarse qué
tanto creemos que todos los seres humanos del planeta puedan ser
contabilizados realmente o si no habría personas en el mundo aún
sin contactar o cuyo contacto ha sido muy eventual (por ejemplo, las
tribus amazónicas que optaron por el alejamiento voluntario) como para llevar una contabilidad certera de su población. De hecho, todos estos posicionamiento nos cuestionan sobre cuán fiables sería cuantificar la población mundial.
De esta forma, Christian
Godin nos ayuda a relativizar la idea de “población mundial”, o a mirarla de una manera crítica y desconfiada.
A continuación, Godin se refiere a la llamada y temida “explosión demográfica”,
para ver si puede constituir una verdadera amenaza de extinción de
la especie humana.
Primero pone en evidencia
la paradoja que es hablar de extinción humana cuando las
estadísticas sobre la “población mundial” alertan de su
duplicación, o incluso triplicación. La ONU prevé un aumento de la
“población mundial” en un 50% en los próximos 50 años. Lo que
significa pasar de 6,1 mil millones de habitantes a 9,3 mil millones.
Por lo que una amenaza de despoblamiento hasta llegar a una extinción
total de la humanidad parece una idea absurda. No obstante, Godin
señala que el aumento considerable de la esperanza de vida esconde
como consecuencia la disminución de la natalidad. Y esto, dice, pese
a que se siguen fabricando más cunas de bebés que tumbas en
Francia. Desde luego, una buena parte de los países en vías de
desarrollo, muestras un crecimiento demográfico bastante alto; cosa
que, sin embargo, no contradice la realidad de la disminución de los
nacimientos en los países desarrollados. Por lo que, Godin llama a
mirar con cuidado el crecimiento explosivo de las poblaciones de los
países en vías de desarrollo, para no caer en lo que se conoce como
la “trampa demográfica” que nos impida ver la tendencia mundial.
Christian Godin se fija en
Francia, su país, para constatar que el descenso de la taza de
natalidad que padece está lejos de haber sido prevista. De la misma
manera, todas las previsiones de la ONU sobre el crecimiento de la
“población mundial” han tenido que ser revisadas y
reactualizadas por debajo de lo postulado originalmente. En la
actualidad se postula que el crecimiento poblacional aumentará hasta
unos 10-12 mil millones de habitantes, punto en el que alcanzará la
estabilidad a finales se este siglo. Esta cifra puede parecer
alarmante, pero se encuentra muy lejana de los 30 mil millones de
habitantes previstos para el mismo periodo en los estudios realizados
en los años 70. Por otro lado, según Christian Godin, bastaría con
continuar con la taza de fecundidad europea conocida en 1980 (1,4)
para ver la humanidad extinguida en el siglo XXV.
El Malthusianismo
Desde que en el Sg. XVIII
la cantidad de la población comenzó a inquietar, dos posturas diferenciadas se
levantaron:
- La de Godwin, intelectual inglés, quien leía de manera optimista los datos y apostaba por actitudes humanas sabias como manera de adaptarse y absorber los excesos de la sobre-población.
- La de Malthus, también inglés, quien, desde una visión pesimista y catastrofista temía las amenazas de la sobre-población y abogaba por la idea de un “antipoblamiento”, que defendía, por ejemplo, la restricción de los nacimientos. Este señor da origen al “malthusianismo”, doctrina muy influyente hasta el día de hoy.
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Photo: Wikipedia |
Los temores
“malthusianos”, por ejemplo, podemos encontrarlos en las ideas
catastróficas que, en los años 50 del s. XX, hicieron del apocalipsis
demográfico comparable al apocalipsis nuclear. Por ejemplo, Malthus
ya relacionaba la desproporción entre la población y los recursos
disponibles con la miseria, el hambre y la guerra. Durante el siglo
XX, muchos pensadores postularon el vinculo irrefutable entre el
sobre-poblamiento y las guerras; razón por la cual, Bergson, exigía
medidas coercitivas para reducirlo y racionalizar su producción.
Porque, como lo menciona, incluso desde la mitología no se podía
separar Venus, diosa del amor, de Marte, dios de la Guerra; dijo:
“Dejad libre a Venus, ella os traerá a Marte”.
Del mismo modo, la idea de
la “explosión” o “bomba” demográfica dominó los años 60.
Y fue a inicio de los años 70 cuando surge el movimiento Zero
Population Growth (Cero Crecimiento Poblacional) o se publica el
Manifiesto del Club de Roma que anuncia el apocalipsis si no se
detiene el crecimiento de la población. Así, René Dumont apela a
medidas autoritarias que el riesgo mundial justificaría, como la de
autorizar solo la misma cantidad nacimientos que de muertes para
mantener el equilibrio. Para él, el futuro de la humanidad no puede
ser confiado al deseo de seres irresponsables que procreando actúan
casi como criminales. Por ejemplo, preconizaba después del
nacimiento de un 2do hijo, la eliminación de todas las ventajas
fiscales y subvenciones existentes.
La Demografía: útil para la retórica racista
Para Godin, la psicosis
del sobre-poblamiento incluye dos delirios: a) el “grouillement”
(la multitud, la muchedumbre, la promiscuidad) y b) la invasión. Dos
ideas que animalizan al ser humano y lo convierte en ser nocivo que
connota descomposición.
Estas ideas están relacionadas con los
temores a alimentar y el pánico hacia la sexualidad fecunda animal. La
población deja de ser un elemento estadístico inerte para
transformarse en dinámico, amenazante y nocivo. De la misma manera,
la invasión es dinámica, conlleva la guerra y la enfermedad, la
agresión y la contaminación. La “boca a alimentar” se
transforma ahora con los miedos demográficos en “boca que muerde”.
Sin embargo, nos recuerda Godin, que ninguna de las grande invasiones
de la historia está vinculada a la sobre-población; incluso si a
varios historiadores les interesaría que creyéramos eso.
Godin cita
algunos investigadores que han denunciado la obsesión demográfica
como justificación de racismo en espacios políticos de derecha así como
de izquierda, y en los discursos populistas de ambos bandos: como el investigador Le
Bras y sus libros Le Démon des origines (El Demonio de los
orígenes) o Marianne et les lapins (Marianne -quien es el
símbolo de la Francia moderna- y los conejos). U otras lecturas que
entienden el crecimiento demográfico como un elemento importante
para el crecimiento económico: como las ideas de Alfred Sauvy,
fundador del Instituto Nacional de Estudios Demográficos (INED).
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Tras este repaso crítico
por los enunciados ligados a la conocida como
“explosión demográfica”, nos queda claro las dudas que sostiene
Christian Godin sobre una posible extinción de la humanidad producto
del aumento desmesurado de la población planetaria; que según el
prisma de este autor no vendría a ser más que un concepto
utilitario para justificar y plasmar desde postulados racistas hasta
planteamientos económicos.
Para finalizar, Godin nos
recuerda que las catástrofes en la Historia solo han sido y pueden
ser de dos tipos: las naturales y las provocadas por el hombre; pero
que, agrega, ninguna de las 2 ha tenido el poder necesario para
alcanzar la devastación total. Para él, ni una guerra nuclear ni un
desastre ecológico estará detrás de aquel desenlace inevitable;
sino que la causa será otra.
Sigue la lectura de este libro en estos otros post:
3. La extinción demográfica: el “autogenocidio” de la humanidad. (Pronto!!!)
* Fuente: CHRISTIAN GODIN, El fin de la humanidad. Champ Vallon, 2003.
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